La Obsesión Dorada de Klimt
y más curiosidades sobre una de sus obras más famosas ¨El Beso¨
Cuando pensamos en el color dorado en el arte inevitablemente llega a nuestra mente las imágenes etéreas y dinámicas del artista Gustav Klimt, su trabajo ampliamente reconocido tiene hoy en día un renombre de ‘obra maestra’ siendo una de las más populares ‘El beso’.
Este increíble cuadro de 1.8m por 1.8m es un óleo con laminillas de oro y estaño, esta obra, que sigue los cánones del Simbolismo, es una tela con decoraciones y mosaicos sobre un fondo dorado.
Sin duda el beso ha encantado al público desde que fue terminado en 1908, actualmente se encuentra en la célebre Galerie Belverde.
Al ser miembro de la Secesión Vienesa y pionero del Simbolismo Klimt adopta una postura vanguardista frente a la pintura, su estilo distintivo es claramente evidente en El beso, que fue pintada durante su luminosa época dorada. Los trabajos que produjo durante este periodo presentan planos pronunciados y delicados detalles hechos con pan de oro.
Las obras de la época dorada de Klimt están inspiradas en los mosaicos bizantinos, La técnica de crear retratos a través de diminutas piedrecillas se inventó primero en Mesopotamia durante el tercer milenio antes de Cristo y se extendió ampliamente en la antigua Grecia, donde la técnica de téseras se desarrolló en el 200 a.C.
Gracias a esta técnica, no se empleaban solamente pequeñas piedras naturales para hacer mosaicos, sino también fragmentos finamente cortados de mármol y caliza, llamados tesserae.-
Klimt habla del amor en El beso y en muchas otras de sus obras.
En El árbol de la vida, un mosaico de su serie Stoclet Frieze, dos figuras que tienen un parecido sorprendente con las presentadas en El beso, tanto en composición como en estética, aparecen en un abrazo íntimo similar. su tendencia estilística al amor no solo hace referencia al amor romántico, en la pintura La familia una madre y un padre dormidos abrazan a su hijo. Al igual que El beso, la escena ofrece una visión tranquila de una relación íntima.
Luego de este cuadro (El beso) la técnica de agregar oro a sus obras, se convertiría en un sello característico de ese periodo de su vida, creando escenas que muchas personas consideraron sacrílegas en su época, al mezclar el pan de oro, técnica generalmente utilizada en iglesias y cuadros de temáticas religiosas, con pinturas de alto contenido erótico.
Durante la creación de esta obra fueron muchas las cosas que fueron cambiando, comenzando incluso por el nombre de la obra, Klimt en primera instancia bautizó la pintura con el nombre de ‘Los amantes’ pero tras su primera exposición en 1908 pasó a denominarse como la conocemos hoy en día ‘El beso’
Una de las cosas más curiosas sobre este cuadro es que, pese a ser una de la obras más reconocidas de Klimt, es una rareza dentro de sus creaciones, pues es uno de los pocos, si no es que el único cuadro donde podemos ver una figura masculina como personaje principal.
Unas de las obras que en ocasiones se menciona como precursoras del beso es el cuadro del mismo nombre ‘El beso’ del 1859 hecho por Francesco Hayes, donde se pueden ver algunas similitudes más allá del simple tema, por ejemplo, el rostro oculto del personaje masculino.
El beso es un gran paso al ingreso de la época moderna, donde el erotismo empieza a germinar con más fuerza en el arte y la sociedad, los amantes reflejan la conexión entre dos energías opuestas, por un lado tenemos al hombre contrastando cuadros blancos y negros reflejando dureza y estabilidad, por otro lado tenemos a la mujer con líneas más curvas y colores más cálidos. Este cuadro representa como dos amantes son capaces de perderse a sí mismos en sus sentimientos dejando a un lado todo raciocinio o prejuicio.